En esta cuarta edición, la primera etapa nos llevará a descubrir el Andévalo Onubense, una región que se despliega como un puente natural entre la sierra y la costa. Un territorio de onduladas colinas, dehesas de encinas y alcornoques, donde los paisajes mineros de Tharsis y Río Tinto ofrecen una experiencia única, visualmente impresionante y profundamente cautivadora.

La salida y llegada tendrán lugar en el corazón del Andévalo, en San Bartolomé de la Torre, un encantador pueblo situado a solo 29 km de nuestro hotel sede. El recorrido, exigente pero fascinante, presenta un terreno pedregoso y técnico que, aunque desafiante, no entraña grandes peligros.

El terreno pedregoso y técnico, pero sin peligro en algunas zonas de esta etapa puede ser determinante para los ciclistas que no afronten con destreza los múltiples repechos que caracterizan la zona.

La jornada comienza con una salida rápida por amplios caminos de tierra, que nos conducirán a la zona minera de Tharsis. Aquí, un paisaje singular de cortas y piedras nos transportará a un entorno casi extraterrestre, algo inédito en nuestro país. A lo largo de este tramo se presentarán los primeros retos físicos y técnicos, con la exigente subida a “La Divisa”, una ascensión por doble vía que desafiará tanto la resistencia como la destreza en el manejo de la bicicleta. El descenso posterior, por sus sinuosos senderos, pondrá a prueba la pericia de los participantes.

El recorrido continúa en dirección a la emblemática Peña de Puebla de Guzmán, con una doble subida: por carretera y por la famosa Subida de la Caballería. En este punto, los ciclistas encontrarán el segundo avituallamiento, situado en un mirador natural que ofrece unas vistas espectaculares del Andévalo. Este será, sin duda, un momento clave de la etapa, con los ciclistas atentos tanto a las vistas como a las desafiantes bajadas que les esperan.

Una etapa que combinará la belleza de la naturaleza con la exigencia de un terreno técnico, donde cada pedalada contará para llegar a la meta.